La iniciativa de abordar en este libro los retos a los que nos enfrentamos los trabajadores en lo que respecta a la salvaguarda del derecho a la intimidad, parte del hecho de que tanto las administraciones como las empresas recaban y manejan constantemente datos de carácter personal acerca de sus empleados y de los aspirantes a un puesto de trabajo, con muy distintos fines o propósitos. Por ello es justo agradecer a la Fundación Francisco Largo Caballero la acogida dispensada desde el primer momento a este trabajo de investigación propuesto por la Comisión de Libertades e Informática, que tiene una doble finalidad: por un lado, llegar a ser una referencia y una ayuda tanto para el negociador como para el legislador y, por otro, coadyuvar a incrementar el conocimiento y el debate social sobre una materia que sigue siendo en nuestro país una de nuestras asignaturas pendientes.
Cabe pensar que el propio interés de los empleadores no es la única explicación de que se recurra cada vez más a un minucioso acopio de datos de carácter personal. Las nuevas prestaciones que se ofrecen a los trabajadores exigen a menudo un volumen adicional de informaciones relativas a los mismos, y hay un fuerte incremento de los datos que se solicitan a los empleadores tanto por parte de organismos públicos como desde entidades privadas.
En ese marco, tanto las ya obsoletas formas de tratamiento manual de datos de carácter personal como, sobre todo, los actuales medios de captación y tratamiento de los mismos, entrañan riesgos nuevos para los trabajadores pues debido al progreso de la informática y de la tecnología en general, los empleadores pueden hoy recoger, almacenar, tratar y cruzar mucha más información sobre su personal y asimilarla más deprisa, todo ello con datos que provienen unas veces de entre los que ha debido facilitar el propio trabajador o trabajadora y otras, de fuentes ajenas al mismo. Cabe, pues, la posibilidad de que las empresas y/o Administraciones Públicas acaben teniendo unos ficheros y/o bases de datos de carácter personal que contengan información inexacta, engañosa o aún veraz, pero ajena a la prestación laboral. De esta manera, se puede reunir información sobre aspectos íntimos de la vida privada de un trabajador sin que éste lo perciba, obtener un perfil o utilizar los datos de carácter personal para fines distintos de los inicialmente previstos, o transmitirlos a terceros no autorizados, como pueden ser otras empresas o instituciones ajenas a la empresa o administración que los transmite. La acumulación de estos datos, sobre todo cuando se efectúa sin restricciones y sin que el trabajador tenga conocimiento de ello, puede ocasionar a la persona afectada dificultades especiales para obtener o desarrollar su relación laboral, problemas que en muchos casos no son sino la materialización de una discriminación en el empleo y la ocupación.